El terror es un género que se basa en afectar al lector de un modo concreto a través de un texto. El género nace del folclore y las tradiciones religiosas, por lo que se considera uno de los más antiguos de la literatura, especialmente teniendo en cuenta que se centra en uno de los sentimientos más fuertes y primitivos del ser humano: el miedo.
Ya en las Antiguas Grecia y Roma pueden encontrarse textos que coinciden con las principales características del género de terror y donde la mitología inspiró años más tarde a grandes novelistas. En la Edad Media, debido a la establecimiento del cristianismo en Roma y el crecimiento de la influencia de la religión por los territorios, el mal y lo demoníaco ganaron cierta reputación entre varios escritores, que a su vez se basaron en los rostros más crueles de la historia real.
De todas maneras, la narrativa gótica se considera uno de los principales antecedentes del género de terror, que además se encuentra presente en los textos escritos durante la época victoriana.
Ahora que se acerca una celebración de Halloween, es una buena excusa para releer o descubrir grandes clásicos de la literatura de terror.
Frankenstein, de Mary Shelley
Este libro, del que se hicieron muchas versiones cinematográficas, no siempre fieles a la historia original, es muy posible que sorprenda a muchos de los lectores que lleguen a él por primera vez.
En 1816, durante un verano sombrío provocado por la erupción del volcán Tambora, Mary Shelley, esposa del poeta inglés Percy Shelley, lo epezó durante una visita a Italia a su amigo Lord Byron, quien les planteó escribir una historia de terror. Aunque Shelley no completó el libro entonces, fue ahí donde surgió la idea: ¿qué pasaría si un hombre, como un Prometeo moderno, desafiara a Dios e intentara crear vida por sí mismo?
Drácula, de Bram Stoker
Un libro fundamental que recogió la tradición ancestral de los vampiros y la convirtió en un mito moderno que creó un género literario en sí mismo. El libro, escrito en 1897, narra a través de diferentes cartas, diarios y testimonios, la historia de un oscuro conde que llega al Londres victoriano a crear un imperio de no muertos.
Otra vuelta de tuerca, de Henry James
Se trata de un relato largo o novela corta. Escrita en 1898, Henry James juega con la idea de que quizá somos nosotros mismos los que creamos los espectros que nos acechan en la vida. Cuenta la historia de una institutriz que cuida a dos niños y que, conforme va conociendo la extraña historia de lo que ocurrió con su antecesora, comienza a notar extrañas presencias en la casa. El autor deja voluntariamente a elección del lector si lo que está ocurriendo es real o producto de la mente de la mujer.
El resplandor, Stephen King
Es la obra que inspiró el magnífico filme de Stanley Kubrick protagonizada por Jack Nicholson. Pero los matices que aplica en el texto Stephen King, editado en 1977, dan una riqueza enorme a una historia épica que se desarrolla en el hotel Overlook, adonde va a parar el escritor Jack Torrance y su familia. Su trabajo es cuidar del establecimiento mientras está cerrado, en medio de un crudo invierno, tiempo que aprovechará para escribir su nuevo libro, pero empezarán a pasar cosas.
La maldición de Hill House, de Shirley Jackson
Shirley Jackson fue una de las grandes autoras de posguerra de terror, ciencia ficción y relato corto, que influyó a escritores como Stephen King y Richard Matheson. La maldición de Hill House es probablemente su obra más conocida. Cuenta la historia de cinco hermanos que crecieron en la casa embrujada más famosa de Estados Unidos. El suicidio de la hermana menor vuelve a reunirlos de mayores, y juntos enfrentan los fantasmas del pasado que siguen atormentándolos tanto en sus mentes como en los rincones más oscuros de la casa.