El programa «Libro por Ciento» que otorga la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP) para la compra de ejemplares a mitad de precio, trascenderá por primera vez el territorio porteño.
Si bien el próximo fin de semana representantes de más 850 instituciones pulularán por la Feria del Libro del Buenos Aires detrás de sus preferencias, otras ferias recibirán a quienes no hayan llegado a esta cita.
Así lo dijo a Télam el titular de la Conabip, Leandro de Sagastizábal, quien señaló que «por primera vez en 11 años de existencia, el programa se hará fuera de la Feria del Libro de Buenos Aires y alcanzará, en principio, las ferias de Córdoba, Corrientes y Neuquén».
«Con una inversión que supera los 20 millones de pesos en viáticos, estadía y compra de libros, el subsidio alcanzará en La Rural a más 800 bibliotecas populares, sobre un total de 1500 que cuentan con todos los papeles al día para participar y otras 600 que estarían regularizando su situación», repasó De Sagastizábal.
A este beneficio se sumarán «50 bibliotecas públicas, centros y espacio dedicados a la lectura -añadió-, por eso estamos pensando cómo ayudar a las que no puedan presentarse, haciéndolas participar de la Feria del Libro Infantil y Juvenil en las vacaciones de invierno y a las otras ferias regionales».
De los 20 millones de pesos que comprende el subsidio, unos 12 millones están destinados a la compra de libros y los otros ocho a gastos de viáticos y estadía, señaló quien dirigió la carrera de Edición en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
«El subsidio comprende el viaje en colectivo o avión, según la distancia; dos noches de hospedaje para un bibliotecario y un miembro de la comisión directiva y 11 mil pesos para la compra de libros, por cada volumen adquirido el librero les cobra la mitad», explicó.
Esta decisión va más allá de ofrecer una alternativa a quienes no puedan asistir, ofrecer ferias regionales para la compra de libros tiene que ver con una convicción en torno al carácter federal de Conabip, «por eso los bibliotecarios podrán elegir a qué feria asistir», advirtió De Sagastizábal.
Entre las novedades de esta nueva gestión está el regreso de la Conabip a la Feria del Libro Infantil y Juvenil en julio próximo, tras nueve años de ausencia, con stand propio que, en este caso, significa un ‘bibliomóvil’ (biblioteca móvil) adonde los visitantes podrán participar de talleres, ver películas y llevarse material de lectura.
«El ‘bibliomóvil’ tendrá un diseño que coincidirá con la revista de las Bibliotecas Populares que se edita dos veces por año y que estará dedicada a las ferias del libro de Argentina y del mundo», comentó el funcionario.
Este año tendrá otra singularidad, durante la Feria del Libro de Buenos Aires se distinguirá de manera extraordinaria a la Biblioteca Franklin de San Juan con motivo de su 150 aniversario, junto a otras ocho que cumplen cien años, «son más, pero las que estarán presentes son de Capital, Catamarca, San Luis y Neuquén», agregò De Sagastizábal.
En tanto que el «Premio Amigo de las Bibliotecas Populares se le otorgará por primera vez a un autor infantil, Luis Pescetti, el más votado por los bibliotecarios», indicó De Sagastizábal.
Sucesor de Angela Signes, el historiador y editor designado por el ministro de Cultura Pablo Avelluto tiene como principal objetivo «dinamizar el ‘asociacionismo’ con las bibliotecas».
«Son muy bajos los niveles de afiliaciones, entre 100 y 200 personas promedio, aunque algunas bibliotecas tengan 400 y otras 800», remarca quien además fue director de la editorial universitaria Eudeba.
«Queremos ver qué campaña hacer para que se asocien más personas a las bibliotecas, lo cual incluirá folletos especiales, micros con testimonios que van a poder verse en el portal www.conabip.gob.ar, comentarios por radio y una comisión designada por el Ministerio de Cultura para ese fin», detalló.
Así es que «Conabip se reunió con el Ministerio de Educación e intenta reactivar los encuentros de ajedrez en las bibliotecas populares, a partir de la segunda mitad del año. Tenemos ideas», dice De Sagastizábal como para sí mismo.
En esta afirmación se inscriben iniciativas como «trabajar contenido digital, así como aspectos y modalidades de lectura relacionados a las nuevas tecnologías en las bibliotecas que lo permitan».
La Conabip deberá seleccionar qué entidades le permiten ese trabajo porque cada una tiene características muy peculiares, explica De Sagastizábal: desde la de Playa Reta, hecha de botellas de vidrio en ese paraje despoblado de la Costa Atlántica; pasando por la sanjuanina Franklin, que tiene un libro del siglo XVI; hasta la Mariano Moreno de San Rafael, donde un grupo de jóvenes realiza intensos y singulares talleres creativos.
«En la Franklin, por ejemplo, trabajaremos en algo que llamamos la sala híbrida, con nuevas tecnologías y ‘readers’ -repasa el director- y en la San Martín, de Buenos Aires, aprovecharemos las 20 computadoras que ya posee para que acceder a un soporte digital de lectura parecido a Libranda, la plataforma que cuenta con el fondo editorial Anagrama y Siruela«, graficó.
«Queremos recuperar por medio de la digitalización el patrimonio cultural de las bibliotecas populares y lo haremos mediante una suerte de subsidio que trabajamos junto a la Secretaría de Patrimonio y se llama ‘El tesoro de las bibliotecas’ .Tienen cosas muy interesantes, en la Franklin hay un libro 1592 y 27 anteriores al 1700, y en la de San Rafael una revista de 1920 que desean recuperar».
Las intensiones son muchas, las proyecciones también. «No tenemos lema, dice De Sagastizábal- En todo caso, si lo hubiese, tendría que ver con hacer de la lectura una prioridad social».
Fuente: Telam