Alumnos de la UBA ilustran libros para chicos por primera vez

Actualidad Editorial LIJ

«¡Cuánto invento en estos cuentos!» es un libro de relatos de Fabián Sevilla y Javiera Gutiérrez, cuyas historias fueron ilustradas por alumnos de la Facultad de Arquitectura y Diseño Urbanístico de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Por Analía Páez
«¡Cuánto invento en estos cuentos!» es un libro de relatos de Fabián Sevilla y Javiera Gutiérrez con la particularidad de que las historias fueron ilustradas por alumnos de la Facultad de Arquitectura y Diseño Urbanístico de la Universidad de Buenos Aires (UBA), algo muy alejado de los edificios o espacios con los que soñaron para sus creaciones, que hoy ocupan las páginas de un libro de literatura infantil.

«Estómago de mosdardulito», «El espatimeltus caprese y las siete señales» y «Eledrilo y cocofante» son los nombres de los tres cuentos que, con imaginación y mucho humor, que gracias a los trazos de los estudiantes de Arquitectura y Diseño ayudarán a despertar la imaginación de los chicos.

Daniel Roldán profesor titular de la Cátedra Ilustración de la UBA sostiene que este tipo de trabajo ayuda a los jóvenes estudiantes a familiarizarse de manera directa con la construcción de un libro álbum, a la vez que favorece el reconocimiento de roles en proyectos interdisciplinarios donde entran en escena editores, directores de arte, diseñadores e ilustradores.

Junto a Roldán trabajaron los docentes Ana Sanfelippo y Patricio Oliver. «Algunos docentes del equipo trabajamos con la editorial Quipu. A raíz de ahí y de compartir charlas con ellos acerca de nuestra actividad en la facultad surgió la idea de hacer algo en conjunto», explican.

«De este modo podría impulsarse el trabajo de próximos estudiantes a graduarse, y siendo que es una materia del último año de estudio, es un momento óptimo para tomar contacto con el mercado y ámbito profesional en el que se moverán. La casa editora está siempre muy abierta a escuchar propuestas y no dudo ni un instante en sumarse a esta coedición del libro, trabajando con autores inéditos pero dentro de una semilla académica que cuenta con el aval y trayectoria de Roldan», agregan.

«Estoy emocionada de que se hayan seleccionado mis ilustraciones; siendo estudiante, iba a ser una oportunidad única e irrepetible. Fue un largo proceso de prueba y error, pero logré resultados que antes creía inalcanzables, que gracias a los docentes, fueron tomando forma a lo largo de todo el trabajo», sostiene a Télam la diseñadora gráfica Catalina Reparaz, encargada de darle vida a los personajes del cuento «Eledrilo y Cocofante».

«Nunca antes había experimentado la ilustración digital, y gracias a este trabajo descubrí que es algo que me gusta mucho y que seguiría haciendo. Empecé inventando los personajes a mano alzada, en un papel borrador. Leí y releí el cuento tantas veces fueron necesarias y creé un escenario en mi mente para después aplicarlo al papel. Todas las ilustraciones fueron hechas a mano en una hoja de papel, luego pasé a la computadora, digitalizando cada ilustración y dándoles color y texturas», define.

– Télam: ¿Cómo fue el contacto con la editorial para realizar el libro?
Florencia Conachiari: El proyecto surgió en base a una propuesta que la editorial realizó a la cátedra de Ilustración de Roldán, materia que justamente me encontraba cursando. Quipu propuso tres textos que requerían de ilustraciones para ser publicados y como el trabajo final de la cátedra es un libro-albúm, se adoptó la consigna y cada alumno trabajó con un texto de los propuestos. Al finalizar, cada proyecto se evaluó para presentarlos ante la editorial y decidir cuáles serían finalmente publicados.

– T: ¿Cuál fue el proceso para la selección de los diseñadores?
– Ana Sanfelippo: La selección fue a partir de la observación y resultado de lo realizado en el taller durante el cuatrimestre de cursada. El ejercicio final consiste en proyectar una maqueta de libro a partir de textos seleccionados para tal actividad. En esta ocasión, los textos fueron consensuados con Quipu de modo tal de poder llegarse a una clara aproximación del potencial de los estudiantes como ilustradores tras la ejercitación.

– F.C: De esto se encargó el equipo docente. Una vez finalizada la entrega de los proyectos de libro-álbum ilustrado, llevaron a cabo la selección de los trabajos más acordes con la línea de publicaciones de la editorial.

– T: ¿Cuáles fueron las pautas de trabajo?
– Daniel Roldán: Las pautas contienen formatos y requisitos propios del mercado editorial, ya que el trabajo práctico concluye con una maqueta de libro factible de ser presentada en editoriales como proyecto publicable.

– P.O: En esta particular ocasión, la variable extra con la que se contó fue la presencia de Quipu. Los estudiantes podían decidir si querían aproximarse al perfil e intereses de la editorial o si gustaban regirse por motivaciones personales.

– F.C: Este trabajo, el de libro-álbum, es el trabajo final de la materia. Fue bastante libre en cuanto a técnicas, no así en cuanto al formato, que fue fijado previamente por Quipu pensando ya en la futura publicación real de los cuentos. Previo a este trabajo final, se realizaron varios trabajos de exploración y experimentación de técnicas, personajes, interpretación de textos para su posterior ilustración; por lo tanto cada alumno llegaba cargado de inspiración para ilustrar el cuento.

– T: ¿Cuánto tiempo demandó hacer este trabajo?
– D.R: Los alumnos contaron con cinco semanas para llegar a hacer la maqueta del libro, aunque algunos se entusiasman y hacen la totalidad de las páginas aclaramos que dentro de la cursada la obligación es hacer solo una parte. Con el paso del tiempo hemos logrado producir material teórico que lo brindamos en apuntes y clases teóricas, además ofrecemos un método como punto de partida el cual será efectivo en la medida en que cada alumno le dé a este método su forma propia, esto sucede a partir de un muy comprometido trabajo de los docentes de grupo.

– A.S.F: Tras la cursada, algunos docentes participamos del seguimiento de proyecto. Se vinculó a los ahora ex-estudiantes con la editorial y se decidió acompañarlos en esta primera experiencia profesional a la que se enfrentaban, y sugerir puntos de vista frente a distintas eventualidades que pueden presentarse como parte natural de un proceso de trabajo.

– T: ¿Cuáles fueron las técnicas que se utilizaron en cada cuento?
– Adriel Downie: Para las ilustraciones de mi cuento, “El Espatimeltus Caprese y las siete señales”, utilicé una técnica digital, partiendo primero de un boceto base del personaje principal en papel y lápiz, para luego generar una técnica gráfica digital que acompañara y potenciara ese personaje por medio de diferentes texturas y colores. De esa manera conseguí brindarle al cuento la complejidad de elementos que necesitaba tanto el personaje, como el paisaje pantanoso y selvático.

– F.C: En mi caso, venía experimentando varias técnicas en los trabajos previos, la mayoría de ellos los realicé cortando y pegando trozos de papel y haciendo detalles en letraset o lápiz. Esta fue la técnica con la cual me sentí más cómoda, por lo tanto decidí utilizarla al momento de ilustrar el cuento que me toco, “Estomago de Mosdardulito” escrito por Fabián Sevilla. También trabajé con tipografías que seguían la línea de los dibujos, tratando de integrar lo mejor posible las imágenes con los textos, para que no se vean distantes sino más bien que se acompañen unos a otros en cuanto a coherencia y clima.

– T: ¿Se trabajó de forma conjunta con los autores de los cuentos?
-D.R: Nos preocupamos por conseguir textos libres de derechos o hacemos acuerdos con los autores de los textos para que su publicación no tenga impedimentos legales, en los últimos años hemos trabajado con FILBA (Festival de Literatura Buenos Aires), por ejemplo en el último año contamos con textos de Paula Bombara y Luciano Saracino, quieres se acercaron al aula e intercambiaron ideas con los alumnos, los autores de los textos quedan fascinados con la posibilidad de que su producción sea interpretada por varios alumnos, en otras palabras equivale a ver cómo una misma historia puede tener infinitas interpretaciones visuales, este hecho permite estimar cuánto aporta el trabajo del ilustrador a la hora de construir un relato en un libro álbum.

-P.O: En esta ocasión quienes fueron puente con los autores fue la editorial. Ellos los mantuvieron al tanto de los avances atentos a percibir y transmitir sus opiniones respecto de los mismos.

– T: ¿Antes habían realizado un trabajo similar para ilustrar literatura para chicos?
– D.R: Realizamos este tipo de proyectos desde el 2010, año en que se fundó la cátedra. Algunos proyectos prosperan después de un tiempo considerable como por ejemplo «Las pescadoras» recientemente publicado por la editorial Kalandraka e ilustrado por Nadia Menotti. Cabe aclarar que estos trabajos llevan un gran proceso de edición en el que a veces participan docentes de la cátedra y otras veces los alumnos lo realizan con la editorial como parte de su desarrollo profesional.

– A.D: Esta es la primera vez que realicé ilustraciones para un público infantil, y fue una experiencia a su vez complicada y emocionante.

– F.C: Nunca antes había realizado ningún trabajo similar, aunque debo confesar que me atrae el universo infantil, por lo tanto fue una linda experiencia realizar estas ilustraciones.

Fuente: Telam

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