Los datos abarcan los movimientos del primer semestre de 2016 en relación al mismo período de 2015. En tanto, se registró una baja del 6% en las exportaciones y una disminución del 12%.
En el primer semestre de 2016 la importación de libros en la Argentina aumentó un 50 por ciento en relación al mismo período del 2015, mientras que se registró una baja del 6 por ciento en las exportaciones, a la vez que la producción de libros en todo el país disminuyó un 12 por ciento, según reveló en un informe la Cámara Argentina del Libro (CAL).
A la hora de explicar el aumento de las importaciones, Diana Segovia, gerenta de la CAL, explicó que el crecimiento de la importación «era un aumento esperable» con la apertura de la economía, «porque hasta el año pasado el tema del comercio estaba administrado de manera más cerrada».
Para el vicepresidente de esa entidad, Luis Quevedo, «levantar el cepo» explica este comportamiento exterior en el circuito de libros. Y advirtió: «Hay que pensar que siempre es mas fácil importar que exportar, porque volver a lograr mercados afuera no es fácil».
En ese sentido explicó que «nuestro país está en condiciones de desventaja por los precios, en comparación con los mercados colombiano, mexicano y español que, por ejemplo, no cobran IVA al papel. Eso nos dificulta el mercado internacional».
Asimismo Martín Gremmelspacher, presidente de la Fundación del Libro, expresó que «si bien estamos perdiendo mercado, no es solo un tema de competitividad nacional. Es Latinoamérica la que está pasando un mal momento en general, que sumada la competitividad del dólar más la devaluación, más los aumentos de precios, hacen que el mercado del libro argentino siga siendo poco competitivo».
Respecto de las compras al exterior, Segovia aseguró que en 2015 se importaron 31 millones de dólares y en 2016, hasta ahora, ya suman unos 47 millones de dólares. Y, al revés, «el año pasado, entre enero y agosto de 2015 se exportaron 18 millones de dólares en libros y este año, de enero a agosto 2016, 17 millones de dólares en libros».
Sobre la producción local de libros, entre enero y julio de este año se publicaron 41.711.467 ejemplares, mientras que el año pasado habían sido 47.848.085, una caída de 12,82 por ciento.
Quevedo aseguró que «la caída de la producción de ejemplares puede ser porque se venda menos, entonces las tiradas son menores; y también a que hay editoriales que imprimen afuera y dejaron de hacer acá parte de su producción».
Según el informe difundido hoy por la CAL, el 18 por ciento de lo que se produjo entre enero y julio fue en soporte digital pero, explicó Quevedo en diálogo con Télam, «las cifras de ventas de los libros electrónicos apenas llegan al 1 por ciento». Y agregó que esto se debe a que «la práctica de leer ebooks todavía no se ha desarrollado ni en nuestro país ni en otros países de América Latina».
En relación a las ventas, Segovia destacó que «la caída promedio en lo que va del año es del 20 por ciento en librerías, según un sondeo realizado en editoriales; mientras que las ventas bajaron un 15 por ciento de acuerdo al sondeo realizado en librerías».
En el primer informe semestral de la entidad también se resaltó que, a la hora de las temáticas editas en 2016, la literatura cayó un 4 por ciento en relación la producción del año pasado, mientras que aumentó la edición de libros referidos a ciencias sociales y humanas, como así también los destinados a niños y jóvenes.
Durante la presentación realizada en la sede de la CAL, en Avenida Belgrano 1580 (CABA), Graciela Rosenberg, presidenta de esa entidad, explicó que a diferencia de otros años el ministerio de Educación nacional no hizo compras de libros sino que decidió trabajar en la capacitación de docentes en lectura y escritura.
Quevedo informó que desde la cartera nacional les dijeron que «las compras se realizarán recién el año próximo, y que por el momento trabajarán con los materiales comprados en gestiones anteriores y con libros que aún están sin distribuir».
Otro de los aspectos que revela el informe es que un 56 por ciento de la producción de libros de 2016 corresponde a empresas comerciales, instituciones privadas no educativas, universidades y entidades y organismos públicas; el 32 por ciento fue editado por el sector editorial comercial; y el 12 por ciento restante fueron editados por sus autores.
Fuente: Telam