«Si de repente los ordenadores se convertían en expertos en el ámbito más humano de todos, el lenguaje, ¿qué pasaría después? Se produjo una explosión de debate, escrutinio y predicción, y una justificación más que suficiente para la Palabra del Año 2023 de Collins: IA», analizan las autoridades del diccionario Collins en el comunicado en el que difundieron la elección.
La consagración de «IA» como palabra del año se da en un marco de máxima relevancia política y social del tema. Mientras desde la Casa Blanca se dictó un extenso decreto que le asigna potestades en materia de IA a cada área de Gobierno, en Reino Unido comenzó la primera Cumbre Mundial sobre la Seguridad de la IA que tienen como anfitrión al primer ministro británico, Rishi Sunak, en Bletchley Park, que sirvió de cuartel general para el programa de descifrado de códigos de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, y contará con ponentes como la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris.
Otras de las candidatas que pugnaron por el puesto de «palabra del año» fueron «de-influencing», cuando una persona influyente en las redes sociales utiliza su popularidad «para advertir a sus seguidores que eviten determinados productos comerciales, opciones de estilo de vida, etc.», así como «nepo baby», para designar a una persona «cuya carrera se cree que ha progresado por tener padres famosos». También figura en la lista «alimentos ultraprocesados», en referencia a los que «se preparan con métodos industriales complejos» y suelen constar de «ingredientes con escaso o nulo valor nutritivo».
Además, Collins menciona el medicamento para adelgazar «semaglutida», conocido por su nombre comercial, «Ozempic», que se ha convertido en una tendencia por su capacidad para moderar el apetito.
El año pasado, el diccionario eligió «permacrisis» («periodo prolongado de inestabilidad e inseguridad») como palabra del año y en 2021 la seleccionada fue «NFT», abreviatura de «non-fungible token», o «certificado digital único, registrado en una blockchain, que se utiliza para registrar la propiedad de un activo como una obra de arte o un objeto de colección».